Concreto ecológico: Una opción más fuerte y más sustentable

En la construcción, el término 'concreto ecológico' suele hacer referencia a concreto ya fraguado pero que todavía no se ha endurecido. Pero existe otra definición para este término relacionada con su impacto ambiental, y es una definición que los constructores deberían tener presente.

El concreto convencional está hecho con arena, roca, agua y un material cáustico llamado cemento Portland, que se elabora a partir de piedra caliza hidráulica. Este componente esencial del concreto liga el producto terminado.

La explotación minera, la fabricación y el transporte de los materiales para el cemento Portland consume muchos recursos y energía: se libera aproximadamente una tonelada de dióxido de carbono a la atmósfera por cada tonelada de cemento Portland que se elabora. La producción de cemento genera aproximadamente el 5 % de todos los gases efecto invernadero en los Estados Unidos, y ese porcentaje crecerá indefectiblemente cuando la producción de cemento aumente de 2550 millones de toneladas producidas anualmente en 2006 hasta valores estimados de 3700 a 4400 millones de toneladas en el año 2050.

Pero existen alternativas mucho más ecológicas que el cemento Portland. Las cenizas volantes que se generan por la quema de carbón en plantas de generación eléctrica pueden reemplazar hasta la mitad del cemento Portland necesario para fabricar concreto. Utilizar este producto de desecho en el concreto no solo genera un producto final menos poroso que las mezclas convencionales, con lo que lo vuelve resistente a la corrosión y al deterioro sino que, además, ayuda a resolver el problema de la eliminación de residuos. Las empresas de energía suelen enviar cenizas a rellenos sanitarios o almacenarlas en estanques para cenizas potencialmente peligrosos.

Otro producto de desecho conocido como escoria de altos hornos tiene un efecto similar cuando se lo utiliza en lugar del cemento Portland. La escoria es un producto derivado de la fusión de minerales en el proceso de purificación de metales, durante el cual se separan las impurezas del metal fundido. El cemento de escoria requiere cerca de 90 por ciento menos energía para producir una cantidad equivalente de cemento Portland. Utilizar 'cemento combinado' hecho con ceniza volante o escoria podría reducir hasta un 20 % el nivel de emisiones de dióxido de carbono generadas por la producción de concreto.

Algunos 'concretos ecológicos' incluso capturan y almacenan en forma permanente el dióxido de carbono que tanto plantas de generación eléctrica como otras fuentes liberan a la atmósfera. Empresas como Novacem, con sede en Londres, están desarrollando un cemento que absorbe más dióxido de carbono una vez colocado que lo que se libera durante el proceso de fabricación. Cuando se mezclan óxidos de magnesio con agua, se logra un cemento de fraguado rápido que reacciona con el dióxido de carbono atmosférico al endurecerse, lo que fortalece el cemento y, a la vez, atrapa el gas.

Otra forma de reducir la huella de carbono del concreto en la construcción son el uso de agua reciclada, fibras vegetales o concreto y mampostería recuperados en la mezcla.

El concreto es el material individual más utilizado en la construcción; por eso, optar por una mezcla más ecológica podría tener un significativo impacto ambiental. En una industria con tendencia a resistir los cambios, en la que se prefiere aferrarse a métodos y materiales comprobados a lo largo del tiempo, esto podría resultar todo un desafío. Pero a medida que conozcamos más sobre los beneficios del concreto ecológico y detalles sobre su rendimiento a largo plazo, es probable que seamos testigos de una aplicación mucho más amplia en todo el mundo.

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